Crónica de un viaje a Rosario
Llegamos a la ciudad de Rosario sabiendo que nos esperaba una experiencia estrechamente ligada a lo educativo, a la infancia y a las políticas públicas. Sin embargo a lo largo de nuestra estadía fuimos descubriendo otros matices: la posibilidad de poner en juego las emociones, los recuerdos y, sobre todo, pensar otras formas de comunicar más corporales, menos pautadas.
A lo largo de tres días descubrimos espacios y personas con las y los cuales interactuar. Y si pensamos desde la comunicación, sin dudas no faltó su presencia. El dibujo, las palabras, las imágenes, los gestos, las señales… nos estaban diciendo algo.
Durante el viaje nos interpeló la posibilidad de pensarnos en nuestro rol de educadoras y futuras comunicadoras y, además de pensarlas, hermanarlas entre sí. Por un lado, recorrer la experiencia de Olga y Leticia Cossettini, quienes ponen de manifiesto la impronta de lo empírico; por otro lado, desembarcar en el Tríptico de la Infancia como política pública local, diseñada a partir de conceptos comunicativos que contemplan la participación-acción plena de la ciudadanía. Se escuchan las voces de los destinatarios del proyecto. Son espacios pensados desde una concepción del desarrollo que aborda el intercambio en diferentes dimensiones: a través del lenguaje, los signos y el arte.
Si hubiera que describir los elementos de esta experiencia, además de los ya nombrados, podríamos destacar los colores, los espacios, los carteles (que no indicaban la prohibición sino que comunicaban aquello que está permitido hacer, desde la elección de voces como la de José Martí, que refiere a una postura/concepción de las políticas públicas), la música y, no por último menos importante, los actores. Ellos son quienes guían el recorrido en los espacios, quienes cuentan la experiencia de formar parte de este proyecto y los objetivos que impulsaron la creación en la Ciudad de Rosario. También quienes participamos de cada uno de los momentos y construimos experiencias somos un doble juego entre educadores y aprendices.
Sin embargo, ¿qué es aquello que no se dice explícitamente pero se deja ver? Una idea de desarrollo en la cual la política pública es universal, es decir, de tod@s y para tod@s. Una ciudad (y personas detrás) que tuvieron en cuenta que la comunicación es un derecho y que dentro de ese derecho está el uso de espacios públicos, la posibilidad de aprender, la propuesta de un lugar donde compartir experiencias diversas.
Por otro lado, ¿quedan materias pendientes? Sí. Cuando llegamos a casa y contamos la experiencia, muy pocos porteños la conocían. Hasta algún que otro rosarino desconoce sus alcances y las innovaciones de la propuesta para toda la sociedad. Una ciudad, a sólo 5 horas de la Capital Federal, con una propuesta pública que considera el pleno desarrollo de la infancia y con ello de la ciudadanía es desconocida por muchos. Desconocida por nosotras mismas hasta que en el mes de mayo nos llegara la convocatoria para este viaje de estudios por parte del ISTLyR.
Nos queda pendiente ahondar en la idea de por qué el Tríptico de la Infancia y demás iniciativas educativas y comunicacionales no son difundidas en el resto del país y aún dentro de la jurisdicción de Rosario. ¿Existe algún tipo de intencionalidad en su escasa difusión? ¿Qué rol juegan los medios de comunicación en la circulación (o no circulación) de estas políticas?
En la estadía buscamos espacios en clave de comunicación pero atendiendo a la necesidad de involucrarnos desde un lenguaje más corporal y vivencial. Este aspecto nos lleva a pensar en el rol del comunicador no como un espectador de la situación que observa desde una computadora, sino que pone el cuerpo en la acción territorial.
Nos llevamos la vivencia de una experiencia plasmada en sensaciones e imágenes que no pudimos retratar pero que, sin dudas, nos enriquecieron como estudiantes de una carrera con foco en aspectos sociales, comunitarios y de desarrollo local.
Laura Martín y Luciana Chaparro
Estudiantes de la Tecnicatura Superior en Comunicación Social Orientada al Desarrollo Local