Charla de la comunidad educativa del ISTLyR con Eduardo Rinesi
El Director Nacional de la Autoridad Federal de Aplicación de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual (AFSCA) reflexionó junto a docentes y estudiantes de las tres carreras sobre la situación del derecho a la educación y a la comunicación en la República Argentina y América Latina en la actualidad.
El encuentro se realizó el 19 de mayo a las 19 horas. Durante dos horas y media Eduardo Rinesi expuso su visión respecto de la importancia que han adquirido los derechos humanos durante treinta años ininterrumpidos de democracia en la Argentina y porqué la educación y la comunicación son derechos humanos colectivos e inalienables. Al llegar el momento de las preguntas, respondió varios interrogantes referidos a las formas de evaluación en la educación superior, el papel que juegan las desigualdades socioeconómicas y culturales en el acceso a la Universidad, el derecho de las personas con discapacidad a acceder al nivel superior de educación, y las agendas de producción de conocimiento de las ciencias sociales. “La idea de derecho ha adquirido un lugar muy importante en nuestras discusiones públicas y retóricas políticas”, señaló Rinesi al comenzar su exposición. Posteriormente advirtió que “debemos tomarnos muy seriamente esta categoría en nuestros discursos académicos”.
Nadie puede ser libre en un país que no es libre
Rinesi comenzó su alocución preguntándose ¿qué es la libertad republicana y qué son los derechos? Tomando definiciones provenientes de la filosofía política, definió al pueblo como “un sujeto colectivo de libertad y sujeto colectivo de derechos”. Según Hegel, Moreno y Monteagudo, “la tradición republicana es una tradición estatalista que entiende al Estado como garante de las libertades colectivas”. Por lo tanto, aseguró, “democratizar el Estado es garantizarle al pueblo el acceso efectivo al ejercicio de sus derechos individuales y colectivos”. Diferenció, entonces, el ejercicio de dos tipos de libertades: una libertad negativa, relacionada con la representación, y una libertad positiva, relacionada con la participación. La tensión entre ambas libertades se ha manifestado en las prácticas sociales y políticas de estos treinta años de democracia de diferente manera. Durante los primeros años de transición democrática como una libertad utópica; a partir de la década de los 90 como rutina desangelada; durante la crisis del 2001/2002 como espasmos de participación; y desde 2003 como un proceso de democratización. Este concepto se vuelve clave a la hora de pensar cómo el Estado debe garantizar que todos los sectores de la sociedad puedan acceder efectivamente al goce de derechos como la comunicación y la educación más allá de su condición socioeconómica.
¿Por qué a algunos derechos, cuyos titulares son seres humanos, los llamamos humanos y a otros no?
Rinesi comparó los contextos sociales y políticos de la Argentina de los 80 y el actual. En la transición democrática los organismos de derechos humanos entendían que el Estado era una institución que potencialmente podría violar los derechos de las personas. Hoy en día ese mismo Estado garantiza de manera efectiva muchos derechos. Pero, agregó, “todavía viola muchos de ellos en las cárceles, en los hospitales y demás instituciones, a pesar de que esté escrito que todos tengamos el derecho a acceder a ellos”. La democratización de una sociedad, por lo tanto, se hace efectiva cuando el Estado logra garantizar las condiciones materiales para que el conjunto del pueblo pueda ejercer de manera efectiva dichos derechos.
La comunicación y la educación como derechos humanos de ejercicio efectivo
La comunicación y la educación son derechos humanos de los individuos y del pueblo en su conjunto. Rinesi definió la comunicación como un derecho de doble vía. Todos los sujetos tienen derecho a decir y publicar lo que se les antoje sin temor a censura, y a recibir información diversa, variada, plural y de la más alta calidad. El Estado debe garantizarle a todo el pueblo el acceso a todos los recursos para ejercerlo. La actual Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual es un recurso importante para garantizarlo pero, agregó Rinesi, son necesarias políticas públicas que garanticen los recursos materiales necesarios para que el pueblo en su conjunto pueda, “no sólo escuchar ver y leer lo que se le antoje” sino producir “información de la más alta calidad”, accediendo a los mismos recursos que las empresas de comunicación más poderosas, con el mismo alcance. Con la educación sucede algo parecido: “Hoy en día la educación primaria y secundaria son obligatorias y los padres deben cumplirlas con sus hijos”. La educación superior, sostuvo Rinesi, debería convertirse en un derecho humano que figure en la ley de educación superior y agregó que “el Estado debe garantizar las condiciones para acceder, permanecer y graduarse ya que es un derecho del pueblo”. Por lo tanto, “debe garantizar las condiciones materiales para que cualquier pibe de cualquier barrio y condición social pueda permanecer en el sistema y terminar sus estudios”.
Cómo se accede, cómo se evalúa y qué se investiga en las instituciones públicas de educación superior
Al cierre de su exposición, el Profesor Rinesi respondió varios interrogantes de docentes y estudiantes referidos a alternativas de evaluación en la educación superior, el papel que juegan las desigualdades materiales, simbólicas y las discapacidades en el acceso a la Universidad y las agendas de producción de conocimiento en el campo de las ciencias sociales. Afirmó que “todos los hombres tenemos los mismos derechos porque todos los hombres somos radicalmente iguales”. Ante la desigualdad evidente, existente en las sociedades, agregó: “la palabra derecho suele ceder su lugar a la palabra inclusión”. Posteriormente se preguntó “cómo hacemos para que los que están afuera de los beneficios de un sistema entren”. La inclusión se vuelve el “recurso de la política para garantizar derechos”.
Finalmente Rinesi se preguntó si los espacios institucionales a los que se intenta incluir a quienes han estado históricamente excluidos son espacios “buenos para ser incluidos”. Al llegar a este interrogante, cerró su exposición advirtiendo sobre la necesidad de revisar las agendas y las formas de investigación en el campo de las ciencias sociales partiendo de una primera pregunta: “está bueno el lugar al que queremos incluirnos”.
Profesor Ramiro Coelho