Como institución formadora de recreólogues, pedagoges y comunicadores con compromiso social y posicionamiento crítico, no sólo adherimos a esta reivindicación sino que renovamos nuestro compromiso para seguir luchando y creando conciencia contra toda manifestación de violencia hacia las mujeres y diversidades.
En un momento en que desde el Estado se niega la violencia por razones de género, mientras crímenes de odio, femicidios y transfemicidios continúan ocurriendo a diario, consideramos importante hacer visible que el retroceso en materias de derechos que estamos vivenciando, más los discursos de odio que deshumanizan y las crecientes desigualdades económicas, afectan principalmente a mujeres, niñes y diversidades sexuales.
Junto al negacionismo de las brechas y desigualdades por motivos de género a nivel central existe un ataque a los derechos mediante el desmantelamiento de políticas que no hace más que promover el recrudecimiento de la violencia machista hacia las mujeres y personas LGBTIQ+.
Entre las medidas regresivas que se fueron tomando en esta gestión de gobierno, se encuentra el desprestigio y cierre de instituciones encargadas de garantizar la erradicación de las violencias de género y discriminación, como la eliminación del Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidades y el INADI; el desmantelamiento de políticas públicas que llegaron a ser exitosas en clave de derechos sexuales y reproductivos en las adolescencias como el Plan ENIA; el recorte de presupuesto o reducción de personal para la implementación del dispositivos encargados de brindar asesoramiento y contención como la línea 144 o el Programa Acompañar de asistencia económica a mujeres y personas LGBTIQ+ en situación de violencia de género. Todas medidas regresivas que incumplen el principio de progresividad en derechos humanos como así también el principio de igualdad y no discriminación.
Desde hace 25 años el 25N es una fecha para denunciar la violencia que se ejerce contra las mujeres en todo el mundo, con el propósito de sensibilizar y reclamar políticas públicas para erradicar la violencia. Entonces, ante el panorama actual de desprotección de mujeres y diversidades y que pone en riesgo los avances en derechos humanos que costaron esfuerzo alcanzar, no sólo exigimos la plena implementación de la Educación Sexual Integral (ESI) por ser una de las herramientas fundamentales de prevención de las violencias sino que también, y sobre todo, reivindicamos nuestros derechos adquiridos.
Ante la violencia machista y patriarcal seguimos construyendo redes amorosas y de cuidado, porque nuestro compromiso sigue siendo construir y luchar por una sociedad más justa, amable y libre de violencias.