
Como trabajadores y trabajadoras compartimos una misma existencia material. Sin embargo, no basta. Como señaló Georg Lukács en Historia y conciencia de clase (1923), «la clase obrera solo se convierte en clase para sí misma cuando trasciende la mera condición económica y desarrolla una conciencia crítica de su rol histórico», una consciencia para sí misma. Esta idea, heredada de quienes lucharon antes que nosotres, sigue siendo una brújula para construir un porvenir más justo y digno en todo el mundo.
En nuestro país, Osvaldo Bayer vinculó la memoria histórica con la lucha obrera. Recomiendo para esta fecha ver la película La Patagonia rebelde, que narra la represión a peones rurales en 1921, rescatando su organización como acto de conciencia colectiva.
¡Viva el primero de mayo!
Santiago Barugel, docente del ISTLYR