Productividad y precariedad en las prácticas con chicos, chicas y adolescentes de sectores populares

Colección Dossier de Itinerarios.
Agosto de 2011
Este libro fue elaborado en el marco de la cátedra “Seminario de Educación Popular” de la Carrera de Pedagogía y Educación Social y en diálogo con el CADES (Centro de alternativas y debates en educación y sociedad). Presenta dos trabajos de Florencia Finnegan y Ana Pagano sobre prácticas socioeducativas en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, fruto de discusiones colectivas en las que participaron educadores de diferentes espacios de trabajo con niños, niñas y adolescentes.

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Prácticas educativas y sociales con chicos/as y adolescentes de sectores populares: una aproximación a la caracterización de estas experiencias desde algunos de sus protagonistas.

Centros de apoyo escolar; experiencias con chicos/as en situación de calle y Jardines Comunitarios.

Por Florencia Finnegan

Presentación

El presente trabajo sistematiza un recorte particular, del conjunto de los problemas, interrogantes y cuestiones que fueron planteados en el curso del proceso de trabajo impulsado por el CENTRO DE ALTERNATIVAS Y DEBATES EN EDUCACION Y SOCIEDAD -CADES- en el segundo semestre de 2009, en los talleres orientados a reflexionar sobre las problemáticas presentes en las prácticas sociales y educativas destinadas a chicos/as y adolescentes de sectores populares.

En efecto, CADES llevó a cabo en 2009 una serie de encuentros de discusión, intercambio, formación y difusión entre equipos que trabajan problemáticas vinculadas con situaciones que atraviesan niños/as y adolescentes de sectores populares. En este recorrido, el enfoque puso énfasis en temas que contemplan, por un lado, el contexto que rodea a estos grupos sociales y, por otro lado, las formas a partir de las cuales diferentes actores sociales encaran las prácticas dirigidas a la niñez y la adolescencia. En esta línea, se realizó una serie de encuentros con el propósito de debatir sobre las propuestas que se llevan adelante en los llamados “centros de apoyo escolar”; con chicos/as en situación de calle y con la primera infancia a través de los Jardines Comunitarios. Las reflexiones se centraron en experiencias localizadas tanto en el ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires como de la Provincia de Buenos Aires, según los casos. El proceso se cerró con una reelaboración final de los principales ejes retomados de los aportes y debates.

En este marco, el presente documento construye una sistematización y una reflexión referida a algunos de los rasgos, aquéllos signados por su positividad, con que los actores participantes en las prácticas abordadas en el proceso de trabajo desarrollado por CADES califican a los procesos educativos y sociales que llevan a cabo con chicas/os y adolescentes de sectores populares. Esta presentación analítica de los sentidos que se produjeron para aquellas características de las prácticas que se recortan como más valoradas tiene la intención primordial de constituirse en un insumo para ensanchar la reflexión respecto de los horizontes que se avizoran en estos procesos de trabajo, partiendo de recuperar la voz de los sujetos involucrados.

En tanto es posible adelantar que las experiencias abordadas tienden a proponer otros tipos de relaciones sociales y pedagógicas, resulta relevante reconstruir qué notas adquieren estas caracterizaciones, para interrogarse acerca de cómo interpelan al Estado, a los dispositivos dominantes de trabajo, a los sujetos participantes, al lugar del educador, a las familias y grupos populares y, desde allí, conjeturar acerca de en qué ¿otros? sentidos de lo educativo intentan inscribirse.

No se trata de un mero ejercicio de descripción, sino de un aporte orientado a fortalecer los procesos de discusión en torno a algunos horizontes de sentido que, entre otros factores, delinean los aspectos pedagógicos y organizacionales más sustantivos de las prácticas con chicos, chicas y adolescentes de sectores populares. La contribución no dirige la reflexión hacia lo que las prácticas efectivamente “son”, en términos de una descripción o un análisis de los procesos de trabajo o de las relaciones que se presentan entre éstos y los discursos con que se alude a ellos, sino que se circunscribe a una problematización de los rasgos que, en las perspectivas de sus actores, las constituyen en alguna medida como procesos que inauguran “alternativas”. En este marco, se presenta una lectura preliminar y restringida a las experiencias que fueron analizadas en el curso de los talleres realizados por CADES, partiendo de considerar que ésta puede resultar potente para ser retomada en situaciones de trabajo que discutan este universo de experiencias.

Por último, una consideración metodológica. El informe sistematiza el proceso recorrido utilizando como fuentes de información las crónicas de los encuentros de trabajo. En tal sentido, se trata de un abordaje exploratorio que prioriza la recuperación de la voz de los participantes involucrados en estas prácticas y se propone reconstruir los sentidos que se hacen presentes en los discursos relevados. A la vez, teniendo en cuenta que los encuentros se iniciaron con la presentación de los aspectos salientes de cada una de las experiencias, a cargo de una serie de profesionales que han estado involucrados en estos procesos como gestores y/o como investigadores, se puede afirmar que, de alguna forma, sus exposiciones reponen otras muchas voces de protagonistas relevadas por ellos en los estudios realizados o en el cotidiano de la gestión.

 

Precariedad institucional, infancia y derechos

Reflexiones y debates para la elaboración de una agenda pública

Por Ana Pagano

1. Presentación

Durante las últimas décadas, la problemática de la infancia y la adolescencia de los sectores populares ha ocupado un lugar significativo en la agenda de diferentes actores sociales, en particular de aquéllos vinculados a las organizaciones de la sociedad civil. Sin duda, la presencia de un nuevo contexto a nivel mundial y regional originó problemas imprevisibles ligados con el bienestar infantil y, en ese marco, se generó un conjunto de interrogantes, desafíos y respuestas iniciales frente a un paisaje social que comenzaba a mostrar sus primeros y dramáticos contornos.

En nuestro país, es posible pensar en las características de este escenario teniendo en cuenta, al menos, dos aspectos. Por un lado, la presencia de un nuevo tipo societal marcado por la reestructuración del capitalismo, la revolución tecnológica e informática junto con el agotamiento/mutación/ quiebre de ciertos parámetros tradicionales que oficiaron como referencias en la vida de los sujetos durante gran parte del siglo XX. Por otro lado, esta entrada a un nuevo orden mundial se llevó a cabo bajo el signo de un modelo de dominación específico: el neoliberalismo. Sus políticas significaron una serie de cambios estructurales en nuestra sociedad que dieron origen a una nueva configuración social atravesada por extraordinarios procesos de exclusión.

Dentro de este marco, fueron principalmente los actores de la sociedad civil quienes sostuvieron procesos de atención social a los niños, niñas y adolescentes marcados/as por estas políticas de desprotección social. Así, es posible reconocer que estas respuestas “emergentes” nos enfrentan con un panorama en el que se hace visible la complejización de las formas a partir de las cuales los grupos familiares y sociales plantean los modos de crianza y socialización de esta población infantil. De esta forma, al ritmo de esta nueva dinámica de la vida social, se han multiplicado las propuestas sociales y comunitarias de acompañamiento y contención para estos grupos de chicos/as, organizadas como centros de día, de recreación, de apoyo escolar, etc.

Las características de estos armados institucionales, frutos del contexto mencionado, son las que nos han convocado a pensar y a discutir tanto sobre sus sentidos como sobre sus bases materiales. La urgencia a partir de la cual fueron gestándose estas iniciativas ya no es la misma. En el nuevo escenario nacional se presentan signos de recuperación económica y de permanencia de las instituciones democráticas que nos permiten abrir preguntas y debates acerca de los elementos más significativos de estas propuestas. Es en esta dirección que pretendemos interrogarnos sobre estas prácticas y analizar sus principales atributos. Es decir, y para estos casos, nos importa discutir si estamos frente a la presencia de iniciativas que efectivamente consideran los derechos sociales, la calidad de ciudadanos y ciudadanas de sus participantes y las posibilidades de igualación social y de democratización de la sociedad.

Al tiempo, también nos proponemos jerarquizar el estatuto de las necesidades colectivas a partir de las cuales surgieron estas experiencias. Nos interesa que las formas planteadas en estos abordajes se conviertan en asuntos públicos y que, como tales, formen parte de una agenda que interpele al Estado en su carácter de garante del bienestar de la infancia y la adolescencia. Sabemos que estamos frente a una tarea compleja, sin duda atravesada por diversas tensiones. Reconocemos que la elaboración de agendas públicas supone tener en cuenta las relaciones de fuerza, las cuotas de poder que poseen los diferentes grupos sociales. Es que quien “maneja la agenda (qué se va a discutir, por quiénes y en qué términos) ya casi ha ganado la partida. Tal vez la indicación principal de las fallas de la representatividad a la que se supone contribuyen los canales democráticos del régimen frente a otros ́insumos ́, sea la marcada estrechez de nuestras agendas públicas. Los temas ausentes resultan principalmente de la pobreza material y legal de muchos, y su consiguiente dificultad de movilizarse y ser políticamente representados. Esas ausencias también resultan (…) de la escasa discusión pública acerca del tipo y propósito del estado que sería compatible con el instrumental para el desarrollo humano y la expansión de la democracia”.