Colección Dossier del ISTLYR.
Los tres relatos que conforman el libro se proponen dar a conocer algunas experiencias y proyectos. Se trata del Programa de Juegotecas Barriales del GCBA, la Ludoteca del Proyecto “Canté Pri…maria” en la ENS N°1 y la ENS N°4 de la CABA y un proyecto de Ludoteca que se inició en una ONG y pasó a ser parte de un dispositivo del Programa Cultura e Infancia de la Secretaría de Cultura de la Nación. Al inicio, una charla con Pablo Medina en la Asociación La Nube – Infancia y Cultura.
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Indice
• Presentación.
María Pía Caracotche
• Juego y lectura, un solo lenguaje. Centro de documentación La nube, Infancia y Cultura
Entrevista a Pablo Medina
• Tiempo de jugar, que es el mejor. Programa de juegotecas barriales (GCBA).
Virginia Guardia, Lidia Arrausi, Jimena González Alsina
• Canté pri… maria. Una ludoteca en la escuela.
Patricia Goicochea, Cristina Diéguez
• Notas
_Sobre la creación de la ludotecas.
Beatriz Orovitz
_Cómo el centro de recursos gestó la ludoteca.
Cristina Diéguez y Paloma Kipersain
• Ludoteca y formación docente.
Patricia Goicochea
• Abrir puertas para jugar… por todo el país. La ludoteca: oportunidad para el encuentro, la integración y el crecimiento.
Cynthia S. Fusario
Juego y lectura, un solo lenguaje
Centro de documentación La nube, Infancia y Cultura Entrevista a Pablo Medina
Por María Pía Caracotche
Entrevistadora: Este proyecto de escritura sobre las ludotecas y juegote- cas se relaciona de alguna manera con una preocupación tuya, Pablo, acerca de lo poco que se encuentra publicado en nuestro país sobre estos espacios y la dispersión no sólo de la bibliografía sino también del registro y la información sobre de las distintas experiencias.
Pablo Medina: Fundamentalmente, si tuviera que ordenar un análisis más concreto sobre lo acontecido, es decir sobre todo lo que hemos pasado durante todos estos años, desde la dictadura cívico militar, pero a pesar de ello con una perspectiva, una mirada hacia al futuro, porque uno siempre trabaja desde el presente, sin descuidar todo lo que ya está hecho, documentándose y mirando para que el futuro siempre pueda ser mejor y en función de que el trabajo que uno hace es con niños, con seres humanos, fundamento y base de una comunidad, lo primero que diría es que no hay nada más fresco que el niño que está constantemente abierto a experimentar, a probar, está jugando las 24 horas. El niño es eso, es juego. Es lo mismo que vivir; vivir y jugar, en la infancia, es como una sola cosa, algo indisoluble y es la naturaleza del niño: el juego.
Entonces creo que podemos reflexionar sobre la idea, al parecer muy occidental/europea o de Estados Unidos, de las juegotecas, las bibliotecas, los centros de nucleamiento de documentación, cuando tienen algún valor social y educativo, pero desde una perspectiva diferente, desde América Latina. En principio porque no hay una política en el sentido de inversión y en el sentido de continuidad de políticas y estrategias en cuanto a planes y programas de esta naturaleza. Por eso, me parece que habría que pensar desde la estructura más importante, allí donde se forman los estudiantes, para generar verdaderamente propuestas inteligentes e instalar la idea del valor de estas actividades, la Escuela Normal, el Profesorado, la Universidad, la sociedad toda. Pero fundamentalmente mirar e investigar el funcionamiento de todo el sistema escolar preescolar y primario.
Inicialmente yo tomaría dos ejes: primero, cuando pensamos en Argentina este tema del juego, del juguete, que puede favorecer el desarrollo, que puede estimular, que puede afianzar la infancia como tal, porque, como decía, la infancia es juego. Aquí tomaría dos puntos de análisis: el primero, el que me tocó vivir cuando llegamos a las escuelas de la Provincia de Chaco y otras provincias –durante muchos años, asesoré, viajé, trabajé en proyectos nacionales, en el ámbito de lo que es la biblioteca escolar, bibliotecas rurales, para niños de zonas más marginadas– pero también viajé mucho cuando se intentó el proyecto de Juegotecas. Y escuchaba a los maestros, cuando los niños estaban en el patio jugando decían: “Basta niños de jugar, que ya llegó la hora de ir a trabajar”. Una primera reflexión que me parece importante para tener en cuenta. Punto dos: durante muchos años estuvimos intentando fortalecer –primero instalar y después fortalecer– las ludotecas en distintas provincias, y en una localidad, en una reunión con los padres, uno levanta la mano y dice: “mire, profesor, yo no mando a mis hijos a la escuela para jugar, lo mando para que aprenda, para que se eduque”.
Canté pri… maria. Una ludoteca en la escuela
Por Patricia Goicochea, Cristina Diéguez
A continuación compartiremos la experiencia del diseño y ge tión de una Ludoteca en una escuela con más de 138 años de existencia, de gestión pública, en la Ciudad de Buenos Aires. De los cuatro niveles de enseñanza que alberga, el Proyecto Ludoteca está dirigido al nivel inicial y al Primer Ciclo de la escuela primaria. Este texto describe la implementación con los primeros y segundos grados en este año de existencia.
Este espacio de juego se encuentra inscripto en una escuela primaria, con su lógica, sus relaciones, su estética, sus regulaciones (externas e internas); sin embargo, al atravesar la puerta esas pautas se modifican y se inician otros usos y recorridos diferentes de los acordados en el entorno escolar.
Es un territorio separado e integrado a la vez. Separado, en tanto tiene límites, materiales, estética, códigos y organización propios; integrado, ya que suma su voz a la polifonía, a la variedad de voces que en constelación constituyen la escuela. Intenta materializar, al decir de Helder Cámara, que “El sueño de una sola persona nunca dejará de ser un sueño. En cambio, un sueño compartido puede ser el inicio de una bella realidad.”
La ludoteca, entonces, se abre como un espacio que convoca a los chicos y, a través de ellos, al juego, pensado en su capacidad de polivalencia, aquel Proteo16 que evoca Catherine Garvey (1985) en las múltiples formas que adopta.