Intervenciones comunitarias con eje en el deporte

La experiencia de la Escuela de Boxeo para adolescentes y jóvenes de Barracas [1]


Con la satisfacción de la “tarea cumplida” presentamos aquí un breve reporte acerca del trabajo realizado entre el mes de julio de 2015 y el mes de mayo de 2016, en el marco del proyecto de investigación “Intervenciones comunitarias con eje en el deporte. La experiencia de la Escuela de Boxeo para adolescentes y jóvenes de Barracas”. 

El proyecto y el ISTLyR

En el proyecto elaborado a comienzos de 2015 señalábamos que el estudio que proponíamos realizar resultaba particularmente interesante y pertinente para el ISTLyR dado que la dimensión recreativade la Escuela de Boxeo, lo concerniente al trabajo socioeducativo que atraviesa dicha intervención y las actividades en el área de la comunicación que se promueven desde la misma, dialogan significativamente con las tecnicaturas que se dictan en el Instituto.

Subrayábamos también que la experiencia a estudiar resultaba interpeladora por cuanto las características del boxeo no parecen congruentes con las actividades y con las prácticas que se valoran y se promueven desde el ISTLyR, ni con las preferencias y las valoraciones de buena parte de los actores institucionales -incluidos varios y varias de quienes llevaríamos a cabo la investigación-. El estudio representaba, por lo tanto, una ocasión para confrontar conceptos y preconceptos, para constatar, enriquecer o modificar argumentos y para complejizar la mirada.

En otro orden de cosas decíamos –y sabemos- que el ISTLyR no cuenta con recursos financieros para realizar investigaciones y que actividades de este tipo no están contempladas en los planes de estudio ni la definición de tareas de los profesores. En ese marco, desarrollar la investigación propuesta contando con el apoyo de un organismo público, y llevarla a cabo entre profesores y estudiantes del Instituto dando entrada a perspectivas y tradiciones propias de las tres carreras, resultaba un desafío enriquecedor en términos institucionales y profesionales, tanto para quienes se están formando como para los formadores [2].

Experiencias y resultados

Habiendo concluido el trabajo, señalamos que aquellas anticipaciones, propósitos y desafíos muestran hoy resultados satisfactorios. En efecto, creemos que en el estudio convergen asuntos interesantes que podrán ser retomados por las diferentes carreras y que numerosos aspectos de la realidad estudiada interpelan miradas y prácticas habituales.

El informe de investigación -que se pondrá próximamente a disposición de profesores, estudiantes y graduados del ISTLyR y de otros potenciales interesados- describe, analiza, sugiere y deja abiertos asuntos para profundizar acerca del trabajo que se lleva a cabo desde diferentes campos con adolescentes y jóvenes en territorios complejos. Lo relativo a las singularidades del boxeo atraviesa, obviamente, la elaboración realizada, tanto como lo relativo a las condiciones en que se despliegan las prácticas sociales y educativas en los barrios relegados, los sentidos que se construyen en torno a proyectos como el que hemos estudiado y los efectos y alcances que poseen determinados encuadres y estrategias de intervención.

Retomando los propósitos y las expectativas iniciales importa señalar también que la experiencia de trabajo fue intensa, compleja y productiva. Algo de este proceso reseñaremos a continuación, colocando algunas reflexiones y observaciones que los y las integrantes del equipo han hecho durante el trabajo y en el momento del cierre y la evaluación del mismo.

 

Docentes y estudiantes investigando

El equipo sostuvo un funcionamiento regular y sistemático pudiendo resolver las dificultades de diversa índole que se fueron presentando a la hora de desarrollar el plan de trabajo previsto, atendiendo a las disponibilidades y los tiempos propios y de la Escuela de Boxeo. Y atendiendo también a las formaciones y trayectorias diferentes en cuanto a la práctica de la investigación, a temas y problemas centrales de la intervención abordada, y al grado de familiaridad con el contexto en que ésta se desarrolla o con el tipo de trabajo que implica. Es interesante señalar que, en ocasiones, esas y otras variables cambiaron de signo la asimetría docente-alumno al interior del equipo, lo cual lejos de representar un problema habilitó un tipo de intercambio diferente y valorado por todos/as.

“La recreación, la actividad física, los adolescentes… eso es ´lo mío´, y algo de investigación también; pero todo junto y en un contexto como éste: una novedad y una oportunidad muy especial” (Docente).

“Uno de mis intereses desde el principio era volver al barrio desde otro lugar después de las cosas que yo ya había hecho ahí. Tengo mucho afecto por la gente y por el lugar, conozco a muchos chicos y chicas del barrio” (Alumna). 

“Me resultó muy difícil y hasta angustiante a veces ir al barrio, por las condiciones de vida tan duras, tan terribles” (Docente).

“Es fascinante lo del box, es muy groso, eso se sabe, pasan cosas casi misteriosas. Habrá que ver en este caso… escuchar bien a los pibes, a los entrenadores” (Docente).     

Otro aspecto apreciado por el equipo, que había sido tenido en cuenta para la distribución de tareas durante el trabajo de campo, fue el funcionamiento en  “parejas” conformadas por una alumna y un docente por carrera (lo cual no excluyó otras formas organizativas). Así, algo de la mirada específica de cada campo se expresaba en las entrevistas, las observaciones, los registros y las reconstrucciones, al tiempo que de ese modo se resguardaba la responsabilidad docente dentro del equipo de trabajo.

“Aprendo mucho haciendo las entrevistas y pensando lo de la comunicación… ¡en medio del boxeo y de todas las cosas que se hacen ahí!” (Alumna).

“Todo un tema pensar lo ´recreativo´… Acá el box es recreativo pero en el Instituto cuando hablamos de recreación hablamos de otra cosa. ¿Cómo vamos a tomar eso? ¡Qué lío! (Docente).

“Más allá de lo del boxeo, ver la educación social en acción, ver cosas nuevas cada vez, me resulta impactante, es para pensar y es muy formativo. Además de la experiencia de entrevistar y de observar, me imagino todo el tiempo yo en ese lugar…” (Alumna). 

“No encontraba la importancia de la ´pata comunicacional´ y de lo específico de mi trabajo en este proyecto, pero eso se fue construyendo con el tiempo y entre todos. Y la experiencia del diálogo entre las tres carreras fue algo muy bueno” (Docente).

En las reuniones mensuales destinadas al seguimiento conjunto del trabajo y a avanzar progresivamente en el análisis, los intercambios permitieron profundizar la mirada y reorientar la tarea en términos sustantivos y metodológicos, y definir los ejes para la sistematización y análisis de la información.

“Estuve muy desconcertada por momentos… ´¿estará bien esta forma de preguntar, de registrar y de reconstruir?´ ´¿qué vamos a hacer, cómo vamos a hacer con todo este material?´ De a poco fui viendo cómo era la cosa” (Alumna). 

“Las incursiones al campo abrían cada vez más aristas del problema, más interés por el estudio y más necesidad de conversar entre nosotros. Fue muy rico el intercambio en las reuniones, el cruce de miradas, las nuevas ideas y las diferentes perspectivas que aparecían en cada encuentro” (Docente).

“Mucho desgaste, esperas y todo eso en el trabajo de campo. En determinados momentos, cierta frustración ante situaciones que parecían no dar buenos resultados, hasta que empezó a quedar claro, fuimos descubriendo, que esos eran justamente datos de la situación que queríamos analizar, del barrio, de las características del trabajo allí. Ese análisis fue buenísimo” (Alumna). 

No obstante el interés y el compromiso de todos y todas, por diversos motivos no fue posible sostener el equipo completo hasta el final del proceso, que suponía retomar el trabajo luego del receso de verano. Uno de los docentes no pudo continuar con la tarea y dos de las alumnas emprendieron otros proyectos luego de su egreso del ISTLyR.

“Lamento no tener más disponibilidad para ocuparme de la investigación, de todos modos agradezco mucho por la experiencia. En muchos sentidos fue un gran aprendizaje a nivel profesional y personal” (Alumna).

Todo el recorrido hecho fue muy valioso y esto último de la sistematización y empezar a pensar y a escribir para el informe es medio difícil y re-interesante. Me hubiera gustado seguir hasta el final, pero bueno…” (Alumna). 

De modo que fueron dos docentes y una alumna (ya egresada y estrenando “maternidad”) quienes participaron en el análisis final y realizaron aportes para el informe, cuya elaboración, desde el inicio, estuvo planteada como responsabilidad de la coordinación del proyecto.

 

Aprendizajes y aportes

“En el momento del análisis y de la elaboración escrita, nuestro lugar fue más receptivo que productivo, pero ir comentando, leyendo y aportando también fue un aprendizaje. Ojalá que todo este proceso que hicimos y que a mí me sirvió mucho sirva también para aportar material que pueda ser útil en la carrera. Hay poco material así para recreación” (Docente). 

“Ahora, a un año de habernos conocido entre todos, veo el esfuerzo que hicimos y también los beneficios: los buenos resultados, este informe, que esperemos que sirva y se use en las carreras, y los aprendizajes a lo largo del proceso. A mí me dan ganas de seguir pensando o de escribir acerca del trabajo en el área de comunicación” (Docente). 

“Yo aproveché en parte el lugar “cómodo” de estudiante. También es verdad que como el encuadre era riguroso pero flexible, yo pude seguir hasta el final en mis nuevas condiciones, con los cambios en la agenda, en las prioridades. Yo lo valoro un montón porque este trabajo tuvo para mí impactos y significados fuertes a nivel personal y profesional. Un buen cierre de mi paso por el ISTLyR, y una satisfacción grande porque laburamos bien y el informe refleja lo que fuimos recogiendo y analizando. Ahora, ojalá que circule, que interese” (Alumna).

Debido a las características propias del trabajo y a las condiciones existentes para llevarlo a cabo, la experiencia que se reconoce valiosa en términos personales y profesionales, y que se espera resulte valiosa en términos institucionales, ha tenido hasta ahora escasa visibilidad e impacto en el Instituto. El trabajo de campo necesariamente en la Villa 21/24, las reuniones de equipo necesariamente fuera del horario de cursada y/o fuera del Instituto, las instancias de intercambio necesariamente virtuales y las lecturas y las elaboraciones en casa de cada uno no vulneraron sin embargo el encuadre institucional de la tarea.

Esperamos ahora que los resultados circulen dentro y fuera del ISTLyR, que el informe u otros productos del trabajo aporten a la reflexión y el intercambio (la bibliografía de referencia podrá consultarse en la Biblioteca) y que la experiencia transitada resulte significativa a la hora de encarar nuevos proyectos de investigación.


[1] El proyecto presentado al concurso convocado por el Observatorio Nacional del Deporte y la Actividad Física / Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales (ONDAF) obtuvo el primer premio del jurado.

 [2] El equipo de investigación estuvo integrado por los profesores Damián Feder (TLyR), Marcelo Zanelli (PyES) y Pablo Quatrini (CSDL), y por las alumnas –ahora ya egresadas- Mercedes Nieto (TLyR), Bigay Duhay (PyES) y Denise Altieri (CSDL). La coordinación estuvo a cargo de Debora Kantor (Departamento de Investigación).